domingo, 20 de febrero de 2011

Escaneando San Miguel de Vitoria (I).

Soy aficionado a las nuevas tecnologías, pero desconfío. Desconfío por ejemplo de esos comerciales un poco avasalladores que me llenan la cabeza con mil historias. Suelo pensar para mis adentros: "no me cuentes los trillones de posibilidades que me ofrece este aparatito, háblame sólo de esas tres o cuatro aplicaciones que tú y yo sabemos que son las que de verdad me solucionarían la vida; si las hace bien, perfecto. Si no, mejor habla con otro".

Sospecho. Sospecho de esa tecnología que se justifica a sí misma porque "is new"; como si apuntarse al carro de la novedad avalase su precio, o como si rechazarla implicase quedar anclado en la Prehistoria. Creo que la tecnología está a nuestro servicio y no al revés, y que para sacarle de verdad partido hay que tener muy-muy claro que es lo que quieres de ella. Esta convicción es aún más necesaria cuando hablamos de su uso profesional, porque éste normalmente implica una importante inversión económica.


Ya hace varios años que vengo siguiendo el desarrollo del escáner 3D y su aplicación al patrimonio (pinchad aquí los que no sepáis qué es un láser escáner). Esto es lo que veo:

1. La visión. El futuro de la documentación gráfica del patrimonio está en el láser escáner (o en el conjunto de tecnologías que lo tengan como eje vertebrador).

2. Lo lógico. El peso de la investigación se suele dejar casi en exclusiva en manos de los técnicos que saben hacer funcionar el escáner.

3. Lo corregible. El gran desconocimiento por parte de arqueólogos y arquitectos que, como máximos interesados, deberían ser los primeros en implicarse en los ensayos.

4. Lo triste. De esos arquitectos o arqueólogos, muchos muestran un rechazo acrítico y sistemático a pesar de que muchas veces ni siquiera se han preocupado de comprobar cuáles las virtudes de esta tecnología.

En fin, los de Enklabe KST hemos hecho una primera y satisfactoria prueba en San Miguel de Gasteiz. En colaboración con el GPAC, hemos documentado aproximadamente un 80% del edificio. Un total de 129 tomas que suman más de 3.042.000.000 de puntos medidos. Pero los números son lo de menos, lo importante es lo que se logra hacer con ellos. Otro día más...

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